Amar cuesta caro: economía de pareja en tiempos de inflación emocional
"Dicen que el amor no tiene precio, pero eso solo lo dicen quienes no han pagado una cuenta de luz compartida, una cena de aniversario en la primera semana de enero o un viaje a París porque "es nuestro sueño…"

¿Sigue siendo el amor un sentimiento puro o una inversión de alto riesgo?
Vivimos en un mundo donde el sentimiento más importante convive con algoritmos de apps de citas, regalos financiados a plazos y una inflación que no perdona ni siquiera al ramo de flores. Bajo este contexto… ¿El amor sigue sin tener precio?
A estas alturas, hablar solo de dinero ya no basta. La madurez emocional, el tiempo disponible y hasta la estabilidad mental son bienes escasos que se negocian, se intercambian y, a veces, se malgastan en el gran mercado de las relaciones.
¿Es el amor una inversión?
En este artículo no solo vamos a hablar de la escasez de recursos, sino que vamos a cambiar nuestra perspectiva sobre el amor. Porque entender cómo el dinero afecta a lo afectivo no es matar la magia, sino descubrir por qué a veces nos cuesta tanto amar… o dejar de amar.
Aunque hoy disfrutamos de libertad afectiva, el amor siempre ha tenido un precio —o al menos, condiciones económicas bastante exigentes.
"Durante siglos, el matrimonio fue más una institución económica que romántica", afirma la historiadora Coontz, autora de Marriage, a History. Según ella, la idea del amor romántico se popularizó a partir del siglo XIX, pero no se volvió dominante hasta después de la Segunda Guerra Mundial.
¿Quién paga la cuenta del amor moderno?
Hoy decimos que amamos libremente, pero los datos sugieren otra cosa:
- El 65% de los adultos menores de 30 años en EE.UU. cree que la inestabilidad financiera es una razón importante por la que no están casados o no tienen pareja (Pew Research Center, 2023).
- En Europa, personas con mayores niveles educativos y rentas más altas tienden a casarse más y antes (Eurostat).
- Apps como Tinder, Badoo y Hinge muestran que quienes tienen más ingresos obtienen más matches (MarketWatch, 2022).
Incluso en el amor digital, el algoritmo también prefiere las billeteras gordas.
El costo de una relación hoy
Un estudio de Bankrate (2023) en EE.UU. mostró que una relación de pareja estable cuesta, en promedio, entre 700 y 1.000 dólares mensuales. En España, el informe de Rastreator (2023) calcula 250 euros mensuales en ocio conjunto.
La convivencia implica alquiler, suministros, comida, transporte... En ciudades como Madrid o Barcelona, el alquiler medio ronda los 1.000 euros mensuales por un piso pequeño (Idealista, 2024).
No olvidemos la presión social:
- Si no viajas, no es amor.
- Si no celebras cada mes de aniversario, ¿de verdad me amas?
- Si no hay stories… ¿quién valida la relación?
"El amor de hoy está condicionado por una necesidad constante de validación externa y comparación, lo que añade una carga económica y emocional a la pareja." – Silvia Congost
Conclusión: amar con conciencia
Finalmente, ya no podemos decir que el amor no tiene precio. Cuesta tiempo, estabilidad emocional y, por supuesto, dinero. Y aunque todavía hay quien cree que el amor todo lo puede, la economía y nuestros bolsillos nos recuerdan que no todo lo quiere.
Así que sí: ama, pero con conciencia. Porque, como en cualquier transacción, conviene saber en qué te estás metiendo… antes de que el interés compuesto emocional te deje en números rojos.